Pudimos ver un rato en directo la inauguración de la catedral de Notre Dame de Paris. Un rato corto a decir verdad. También algunas fotografías. Un vistazo es suficiente para darse cuenta de los rasgos masónicos en aspecto y en esencia de esta re apertura de la catedral. De hecho, Rémi Fromont, uno de los tres arquitectos que han ideado el proyecto, argumenta que «Una de las dificultades se ha debido a que primero tuvimos que estudiar y entender la lógica de los arquitectos y masones originales»

El altar, con un bloque de piedra pulida, y el suelo embaldosado de blanco y negro, con unos escalones (concretamente tres escalones) contrarios a lo que es un presbiterio en una iglesia católica, tiene un aspecto totalmente masónico. El ajedrezado del suelo ya era así antes del incendio, eso es cierto, pero los nuevos elementos se han casado a esa simbología. Veamos algunos ejemplos:

Me ceñiré a 3 detalles de lo estético:
1) Siendo benévolentes podríamos decir que Las casullas multicolores eran feísimas y ciertamente recordaban a los payasos, siendo ingenuos diríamos que parecían Poco serias. Siendo realistas, Los pseudo arcoiris estampados sabemos a quién representan, ya que en el fondo son los mismos, los hijos del padre de la mentira. Digamos que Los colores de la agenda 2030 del obispo y sus compañeros.
No tienen relación con los colores de Vestidos litúrgicos para celebrar la Misa.

Los colores de la casulla y de la estola varían según la época del año (o sea, según el tiempo litúrgico) o la fiesta que se celebre:Un pequeño apunte sobre esto:

Blanco: Representa alegría, se utiliza en la Fiesta del Señor, María, santos y los ángeles.

Rojo: Color del fuego y la sangre, usado en Pentecostés y fiestas de mártires.

Verde: Recuerda la esperanza, se usa en los domingos luego de Pentecostés.

Morado: el color de la penitencia, utilizado en Adviento, Cuaresma y en las misas de difuntos.

Negro: Color del dolor, del viernes santo.

Tendría que haberse celebrado con blanco , ni el rojo, ni el verde, ni el morado, ni mucho menos a todo color.

2) El báculo parecía de lego.
3) El incensario era idéntico a una bola de discoteca ochentera.

Los ornamentos (ya ni hablemos de los vasos sagrados, sagrario, incensario, acetre, etc) son indescriptiblemente feos. Altar, cátedra y púlpito, deformes

¿Tuvo que ceder en esto el Arzobispo de París? Probablemente si¿O es que no se dio cuenta, o incluso le gustó?

Otro detalle: En la nave central, no han puesto bancos.
HAN PUESTO SILLAS.
Igual que en los Cultos protestantes.
Bueno, los protestantes ponen sillas cómodas…
Esas, parecen bastante incómodas…
Qué pena…


La masonería le quitó a la Iglesia los templos y prácticamente todo lo demás, en diferentes periodos, en toda Europa y sobre todo en Francia, pero aún así se permiten «salvar» el «arte» gótico como algo meramente cultural, «simbólico» de su ridícula grandeza, grandeza que sin Cristo no existe y no es nada, un patrimonio robado del que de paso sacan buenos ingresos.

«En noviembre de 2023, Emmanuel Macron acudió a la sede del Gran Oriente de Francia para proclamar la identidad de espíritu entre la masonería y la República». ¡y esos son los que han estado al mando de la reconstrucción!

No me sorprenció pero fue insultante el canto de la Marseillesa frente a la catedral…Siendo el himno francés, no debiera chocarme… pero también es el sangriento himno de la revolución atea que desacralizó esa catedral y colocó una «diosa razón» en su altar, además de perseguir casi hasta su total aniquilamiento a la Iglesia de Francia…

Personalmente hubiera preferido una misa porque la celebración eucarística es el centro de nuestra Fe. No hubo misa, pero es lo que es. Tenían prevista una parte no religiosa de la inaguración que iba realizarse fuera de la catedral que, Finalmente, no pudo realizarse por culpa de la lluvia. Fue por eso que el discurso de Macron fue dentro de la catedral y no en la explanada del exterior.
El nuevo templo es turístico y globalista, inclusivo y ecuménico, con el nuevo altar estilo masónico será físicamente imposible celebrar misas con varios sacerdotes, además con el antiguo altar que sobrevivió a las llamas será casi imposible celebrar misas debido a las restricciones impuestas por el propio Vaticano y cómo si fuera poco con el nuevo formato de asientos, las (sillas) individuales para los fieles, han borrado el antiguo significado de asistencia familiar y pueblo de Dios unido.

Primero la quemaron, ahora la destruyeron desde dentro, bajo las narices y complicidad de todo el episcopado francés, de su nuncio Apostólico y el mismísimo Vaticano.

Voy a citar a Ana Catalina Emmerick en referencia a los demoledores de la iglesia que viene, para este caso, como anillo al dedo. Por cierto, ella se refiere a los demoledores como los arquitectos, los masones y dice: «Vi la iglesia de San Pedro y una enorme cantidad de hombres que trabajaban en invertirla, pero vi ahí también a otros que hacían reparaciones. Cadenas de trabajo ocupadas de este doble trabajo se extendían a través de todo el mundo y me quedé asombrada de la coordinación con la que todo ello se hacía. Los demoledores extraíangrandes fragmentos; eran particularmente sectarios en gran número y con ellos los apóstatas. Estas personas, haciendo su trabajo de destrucción, parecían seguir ciertas prescripciones y una cierta regla: llevaban delantales blancos rodeados de una cintaazul y proveidos de bolsillos, con paletas de albañil en la cintura. Ellos tenían además vestidos de todo tipo: había entre ellos hombre distinguidos, altos y gruesos, con uniformes y cruces, los cuales sin embargo no trabajaban directamente en la labor, sino que marcaban en los muros con la paleta los lugares donde había que demoler.
Vi con horror que habla también entre ellos sacerdotes católicos, (AA.II.202)
«Ya toda la parte anterior de la Iglesia estaba destruida: no quedaba en pié más que el santuario con el Santísimo Sacramento, (AA.II.203) Cuando vi a los demoledores, me quedé maravillada de su gran habilidad. Tenían
todo tipo de máquinas: todo se hacía siguiendo un plan: nada se producía por si
mismo. Ellos no hacían ruido; ponían atención a todo; recurrían a artimañas de todo tipo, y las piedras parecían a menudo desaparecer de sus manos. Algunos de entre ellos reconstruían: destruían lo que era santo y grande y lo que edificaban no era más que vacío, hueco, superfluo. Llevaban las piedras del altar y hacían con ellas una escalinata en la entrada. (AA.III.556)

Impresionante Ana Catalina Emmerick en sus visisones.

Para una Catedral no hay «segundas o terceras inauguraciones», se podrá restaurar a lo que era, incorporar tecnología, pero no «modernizar».
Y qué pasó con la Catedra ?.
Para quién fue el «homenaje» ?.
Referenciando a Monseñor Casalotodo diremos que tal y como está ese país hoy en día, esta inaguración fue una «enorme ocasión para hacer un brindis», pues quizás será la ultima copa